Breve historia comparativa

  • La ópera es sobre todo cortesana. 
  • El palacio virreinal es el principal escenario.
  • La Parténope* (1711) de Manuel de Sumaya, fue la primera ópera escrita por un compositor americano y era novohispanio.
  • Es muy posible que otros autores novohispanos escribieran óperas italianas en el resto del siglo XVIII, pero hasta ahora no ha podido confirmarse esa especulación. 
  • El principal empresario del que se tiene noticia fue  Ignacio de Jerusalem que dirigió  el Coliseo de México, donde contrató y se asoció con músicos y cantantes italianos, mexicanos y españoles para conocer piezas líricas italianas. 
  • A partir del último tercio del siglo XVIII  comenzaron a actuar con regularidad algunas compañías de ópera en los coliseos de Veracruz, Puebla de los Ángeles, México, Guanajuato y Guadalajara. 
  • Los primeros cantantes de los que tenemos noticias fueron José Carpio, María Loreto Rendón, Felipa Mercado y José Morales pero sobre todo han sido identificados con la zarzuela y no con la ópera. 
  • En el año de 1799 las autoridades de la Nueva España dictaron que la ópera representada en sus dominios sería cantada en español "ateniéndose a multas y otras sanciones quienes no atendieran esta oficial disposición". 

  • La ópera era la segunda actividad artística más importante de la vida social mexicana. Las chicas de las buenas familias tocaban versiones de las óperas más conocidas en el piano o bien cantaban arias de Rossini, Donizetti y Bellini, habia teatros de ópera en todas las ciudades principales del país,  incluso en poblados pequeños o haciendas ricas e importantes. 
  • La forma de producción y gestión era por medio de empresarios particulares o compañías organizadas por cantantes de gran fama que iban de un teatro a otro, haciendo giras muy largas pro todo el país siguiendo las líneas ferroviarias.
  • Hay gran cantidad de compositores mexicanos, que estudiaron fuera del país y cuyas obras hoy no están localizadas o reconstruidas o bien nunca han sido tocadas. Nombres como Cenobio Paniagua, Melesio Morales, Miguel Meneses, Octaviano Valle, Aniceto Ortega, y muchos otros.
  • Con el imperio francés se construye el primer conservatorio y el Teatro Degollado de Guadalajara. Ángela Peralta, nombrada ruiseñor de cámara del emperador, es la figura más relevante de la ópera del siglo XIX dentro y fuera de México.
  • Ella y otros cantantes famosos como Enrique Tamberlik, fueron los  empresarios mas importantes del país. 


  • La construcción del palacio de Bellas Artes para sustituir al teatro Principal dela Ciudad de México se convierte en uno de los eventos más importantes de la ópera en la Ciudad de México.
  • Este edifico se vuelve la sede del Instituto Nacional de Bellas Artes hasta mediados del siglo, alberga la actividad operística, musical y dancística de la ciudad. 
  • La ópera se vuelve parte de la estructura institucional de la cultura mexicana y a partir de 1970 deja de recibir aportaciones de la empresa privada,
  • La Asociación Daniel, A.C. entre 1955 y 1970 apoya a la ópera de Bellas Artes, trayendo a las grandes estrellas de la ópera internacional, propiciando estrenos de ópera contemporáneas y apoyando a los cantantes mexicanos en la internacionalización de su carrera.
  • En la década de los años 70 se establece la Dirección Nacional de ópera como parte de la estructura del Instituto Nacional de Bellas Artes. Se profesionalizan las agrupaciones ya existentes como el Coro y la Orquesta del Teatro de Bellas artes y se centraliza la actividad en este centro. 
  • En las décadas de los años 70 y 80 se daban un promedio de 90 funciones anuales de ópera, había también una actividad importante fuera de la ciudad de México y aunque la calidad era variable, se buscaba que al menos una vez al año hubiera una producción de ópera mexicana o una contemporánea. 
  • Entre los compositores más importantes del siglo XX en México podemos mencionar a Carlos Chávez, Luis Sandi, José Pablo Moncayo, José F. Vásquez y Salvador Moreno en la primera mitad del siglo XX, para la segunda no se puede dejar de mencionar a  Federico Ibarra, Daniel Catán y Victor Rasgado, al lado de mujeres como Alicia Urreta, Marcela Rodríguez y Gabriela Ortiz, por mencionar muy pocos ejemplos de un panorama nacional que tiene más obras que ofertas de producción. 

Desde los inicios del siglo XX la actividad operística del Palacio de Bellas Artes ha decaído poco a poco tanto en calidad como en cantidad, llegando a puntos verdaderamente preocupantes.

A pesar de ello la actividad lírica en México no se ha detenido. al ver que la institución principal no cumple con las expectativas de la población, una gran cantidad de artistas ha desarrollado proyectos propios de enorme interés y complejidad. Desde los compositores consagrados dentro del país como Federico Ibarra -que no deja de escribir y estrenar óperas, cada cual más interesante- y Daniel Catán -que murió sin ser reconocido en México a pesar de haber tenido grandes éxitos con sus óepras en USA- hasta los nuevos valores de la composición mexicana como Gabriel Pareyón, Gabriiela Ortiz, Victor Rasgado, Javier Ignacio Fragoso, Marcela Rodríguez y muchos compositores más, que han sido premiados en el extranjero y cuyas obras sobre todo se estrenan fuera del Palacio de Bellas Artes, en teatro como el Centro nacional de las Artes, el Teatro del Bicentenario de Texcoco, La sala Miguel Covarrubias del Centro Cultural Universitario y los excelentes teatros de provincia .Una de las características de la ópera del siglos XXI en México es que  debido a la diversidad lingüística mexicana,  se escribieron óperas en esas lenguas en un movimiento dedicado a la revaloración de la lengua y la cultura indígena. Las óperas compuestas en lengua indígena en los últimos 18 años han sido: 

  1. Tekuani huan Chapolin (2010) con un libreto de Refugio Nava Nava y música de Javier Ignacio Fragoso,  la primera ópera íntegramente en lengua náhuatl, basada en un cuento de la tradición oral de San Miguel Tzinacapan, Puebla con la variante del náhuatl de Tlaxcalla.
  2. Xochicuicatl cuecuechtli (2011), sobre un texto erótico, anónimo del siglo XVI, primera ópera escrita para una orquesta de instrumentos exclusivamente prehispánicos, estrenada en 2014 en Arcelia, Guerrero,  con público hablante de náhuatl y después en el Centro Nacional de las Artes y el teatro Degollado de Guadalajara, con un éxito atronador.
  3. Donají (2012) la primera ópera íntegramente en lengua zapoteca, , sobre una leyenda oaxaqueña, con música de Roberto Morales Manzanares.  
  4. En 2017 se estrena El diablo vuelve al infierno basada en un libreto de Miguel N. Lira con traducción de Refugio Nava y música de Fragoso.

Además de esta corriente interesada en las lenguas indígenas, también tenemos óperas basadas en narco corridos, hechos políticos y  sociales, personajes históricos y muchas otras temáticas de gran interés, con propuestas novedosas y lenguajes muy interesantes. 

Nuestros artistas tanto dentro como fuera del escenario son reconocidos internacionalmente, se han escrito más óperas en México en los últimos 30 años que en todo el siglo XIX, pero rara vez se editan y los estrenos dependen de sus creadores no de nuestras instituciones. Si se pudieran coordinar y apoyar los esfuerzos individuales nuestra ópera cambiaría mucho y mostraría todo su verdadero valor al mundo. 

 

  • Aunque es muy probable que las representaciones operísticas en Barcelona tuvieran lugar desde el siglo XVI, no hay pruebas documentales de ello hasta el siglo XVIII
  • La primera ópera italiana presentada en Barcelona y en la península ibérica fue Il più bel nome, de Antonio Caldara (1670-1736), en 1708 . 
  • Las representaciones eran tan populares que se tuvo que hacer un teatro público para ellas. El teatro de la Santa Cruz se fundó para beneficiar al hospital que llevaba el mismo nombre.
  • Durante el siglo XVIII acogió espectáculos de ópera, preferentemente italiana: desde 1750, además de la temporada de teatro, también se programaba una temporada anual de ópera, con una compañía dedicada exclusivamente a ello. 
  • A pesar de los convulsos días que vivió Cataluña por esos años, con la derrota de 1714 y guerras sucesivas, la actividad teatral siempre se retomaba en cuanto hubiera cualquier signo de calma.
  • En este momento la mayor parte de la producción catalana está considerada dentro  del género de la zarzuela y está relacionada con los éxitos del teatro de texto. Entre sus autores más famosos encontramos a Josep Duran y Fernando Sor.


  • Dos teatros se peleaban la primacía de la ciudad: El teatro de la santa Cruz, que era la formalización de las representaciones hechas para recaudar fondos para el hospital homónimo, cambiará su nombre a Teatro Principal, cuando un grupo de la burguesía ilustrada emergente, crea el Gran Teatro del Liceo de Barcelona.
  • Los aficionados de cada teatro vivían en la polémica. Organizaban discusiones públicas en Las Ramblas y llegaron a haber reales trifulcas al respecto.
  • El Liceo representaba la vanguardia operística, con una fascinación especial por las nuevas propuestas wagnerianas. Mientras que el Teatro Principal era el refugio de la tradición belcantista.
  • Ambos teatros eran gestionados por empresarios privados que pujaban en un concurso público para ganar la administración por contrato de los teatros periódicamente.
  • El teatro del Liceo era propiedad de la Sociedad de Propietarios, formada por los jóvenes provenientes de la burguesía ilustrada catalana.
  • Los grandes cantantes de Europa y América cantaron en ambos teatros:  Giuditta Pasta, Adelina Patti, Maria Malibrán, entre muchas otras.
  • Ramón Carnicer, Vicenç Cuyás, Josep Piqué fueron algunos de los compositores principales de la época.
  • El siglo XX en sus inicios y hasta la guerra civil española,  es un periodo muy positivo para la difusión de la ópera nacional, abierta a las nuevas estéticas planteadas por las vanguardias artísticas, pero también una crisis de producción, que provocó el  estancamiento en las programaciones y por lo tanto en el valor del arte escénico y operístico dentro de la vida social de Cataluña.
  • El Liceo se queda como el único teatro de ópera en Barcelona. Todos los demás teatros dejan de programar ópera y el Principal se dedica a teatro de texto y musical pero no lírico.
  • Las ópera y los ballets rusos de Diaghilev van a marcar para siempre los gustos estéticos del público catalán.
  • Sigue siendo un teatro profundamente wagneriano, pero el gusto por la ópera italiana de Verdi y Puccini crece en la primera mitad del siglo. 
  • Tres sopranos extraordinarias marcarán el siglo XX en el Liceo: Victoria de los Ángeles (1923-2005), Renata Tebaldi (1922-2004) y por supuesto, Montserrat Caballé (1933, aunque algunas versiones dicen 1938- ).
  • Durante la Guerra su actividad prosiguió y se convirtió en el Teatro Nacional de Cataluña. Al término de ella la dirección entregó toda la documentación a los antiguos propietarios. Dicha documentación está siendo digitalizada en la actualidad.
  • El teatro del Liceo se convirtió en una fortaleza de la burguesía catalana y en algunos momentos esto provocó actos violentos a la salida de la ópera, sobre todo en la época de la transición democrática.
  • Las grandes estrellas eran parte de la programación de manera constante, pero la evolución visual llegó un poco más tarde que al resto de Europa.
  • A partir del incendio el teatro se abrió mucho más al público en general y dejó su carácter elitista.

La primera década del siglo XXI vio algunos de los años más ricos y felices de la historia del teatro. El repertorio que conformaba las temporadas incluían obras de los cuatro siglos de historia de la ópera, la novedad de las producciones y las mejores voces del mundo eran cosas cotidianas en cada temporada. Joan Matabosch había logrado que el Liceo se insertara en los primeros lugares de la ópera europea y formaba parte del circuito de los teatros de temporada donde podías escuchar las mejores voces del mundo en los mejores contextos y con las partituras más interesantes. Con el lema: El Liceu de todos, se acaba con los más de cien años de elitismo en el público, que ya puede disfrutar del teatro al completo se siente donde se siente.

Algunas de las funciones inolvidables de estos años incluyeron a muchos mexicanos, pero también a estrellas extraordinarias como Natalie Dessay, Nina Stemm, Patricia Petibon y Eva Marton, tenores como Juan Diego Florez, los extraordinarios trabajos de Ambrogio Maestri, Erwin Schutt y Carlos Álvarez, pero sobre todo montajes y producciones extraordinarias firmadas por Mart Aller, Bob Wilson, Robert Carsen, David McVickar o Peter Stein.

Desgraciadamente la bonanza no duró tanto, con la crisis económica europea el teatro se vio en serio problemas para mantener en activo la sala. Es una iniciativa de los propios trabajadores la que evita el cierre de actividades, quienes se negaron a admitir que el teatro dejara su escenario vacío por errores administrativos. Un hecho sin precedentes.

Desde la temporada 2002-2003 y hasta la temporada de este año, 2018-2019, el Liceo se ha comprometido amontar una ópera catalana cada año. compositores como Xavier de Montsalvatge, Joan Guinjoan, Enric Granados, Josep Maria Mestres Quadreny, Lleonard Balada, Xavier Benguerel, Enric Palomar y Benet Casablancas, han sido programados ya sea en reposiciones o en estrenos mundiales. 

Actualmente el Teatro del Liceo sigue siendo, a pesar de sus cambios administrativos, uno de los mejores teatros de Europa, donde se aprecia mucho el trabajo de los artistas mexicanos, como podemos ver en sus programaciones constantes de nuestros compatriotas.

La ópera en Cataluña no sólo incluye al Liceo, aunque sea su fuente principal. Hay muchos esfuerzos por hacer ópera de pequeño formato, de montajes itinerantes y de obras poco conocidas o de grandes clásicos que llegan a los pueblos y ciudades de toda la provincia catalana. Es un compendio de buenos intérpretes, programaciones serias, constantes e interesantes, producciones de nivel internacional, interés  por la investigación y conservación de su devenir histórico, pero apoyan tan poco a su propios compositores como México. La producción de ópera catalana en los últimos treinta años no es muy grande, pero ha sido estrenada y editada en un porcentaje mucho mayor que el de México.

Gráficas comparativas entre la actividad en el Gran Teatro del Liceo de Barcelona y el Palacio de Bellas Artes

A pesar de su distancia geográfica, El Palacio de Bellas Artes y el Gran Teatro del Liceo de Barcelona tenían en común ser instituciones híbridas y complejas en su organización y forma de producción; además de haber compartido muchos artistas dentro y fuera del escenario. Eran los principales teatros de sus respectivos países y, a pesar de eso, estaban lejos de las vanguardias escénicas y musicales que otros países europeos ya desarrollaban, pero sobre todo tenían un público enamorado de las grandes voces por encima del espectáculo al completo. Las diferencias en cuanto a la actividad operística y la amplitud de repertorio son muy significativas. Los datos que nos dan las propias publicaciones de dichos teatros[1] pueden resumirse en las gráficas siguientes (3.4 y 3.5), las cifras comparadas en ambos escenarios durante los veinte años que abarcan de 1957 a 1977 no dejan lugar a dudas.


[1]Confrontar con ALIER, 1991 y 1999; SOSA, 1988, 1999 y 2004; entre otras publicaciones de ambos teatros, dan fe de estos datos.

© 2017 Con el sol de México en la voz. Los artistas mexicanos en el Gran Teatro del Liceo de Barcelona. Derechos registrados a nombre de Enid Negrete Registro en Catalunya B-2479-17. La mayor parte de las fotografías e imágenes fueron cedidas por el MAE-Centre de Documentació de les Arts Escèniques del Institut del Teatre de Barcelona. Las gráficas fueron realizadas por la autora. En caso de haber derechos de autor por alguna imagen favor de notificarlo a enid.negrete68@gmail.com
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